Escribe mejor

Todos necesitamos escribir. Para algunos es una tarea poco grata, para otros un la fotoplacer; pero ¿haces algún esfuerzo por mejorar tu capacidad de escribir? Esta pregunta es importante, no solo para quienes escriben libros sino también para quienes escriben artículos para revistas, boletines de oración, informes, y aun simples memorándum o cartas personales a amigos y familia. Es esencial, de todos modos, trasmitir claramente lo que quieres comunicar. Pero mejor todavía si el lector disfruta al leer, quiere leer más y se queda con las ganas de seguir cuando llega al final! Tu mensaje habrá quedado profundamente grabado y habrás creado una relación con el lector. El acto de escribir ha pasado a ser un acto de comunicación.

Comparto diez sugerencias para ayudarles a mejorar como escritores. Para aquel activista frenético que no puede absorber tantas ideas, pongo al final tres reglas de oro que se aplican a todos.

1. Escribe en actitud de oración

Encomienda humildemente lo que haces al Señor. El te dio el don de escribir (y aunque no lo hagas demasiado bien, es un don asombroso). No es que debas repetir una fórmula de oración cada vez que tomas tu lapicero o destapas tu computadora. No estaría mal, por supuesto, pero más importante es trabajar con una actitud de oración. Recuerda siempre a quien o para quien estás escribiendo y mas allá de eso, al Señor al cual sirves con lo que escribes.

2. Escribe con un propósito

Si no tienes nada de valor que decir, ni te molestes en decirlo. Escribe solo si tienes algo para compartir. No necesita ser muy largo o profundo. “Querida tía, te queremos mucho”, es algo que merece ser escrito, pero una disertación piadosa y divagante sobre como mejoraría el mundo si todos no amáramos probablemente es demasiado obvia para justificar el gasto de tanto papel. Antes de comenzar, debes tener una idea clara de lo que vas a decir.

3. Escribe con un plan en mente

Tal vez no sea muy importante una lista detallada de contenido cuando le escribes a tu tía— aunque ¿no te ha ocurrido que envías una carta y luego te acuerdas de algo que se te olvidó incluir? Artículos, informes y especialmente libros, en cambio, demandan cuidadosa planificación. No comiences sólo con un propósito general en mente para ver a donde llegas en la página tres. Para entonces tal vez esté a mil kilómetros de tu meta.

Haz una lista de encabezamientos por adelantado; así podrás agregar elementos de tiempo en tiempo. Permite que madure la idea. Seguramente podrás mejorarla si te olvidas de tu bosquejo por una semana y luego vuelves con una mirada fresca. Antes de comenzar a escribir probablemente querrás cambiar un poco el orden y preguntarte: “¿Esto comunicará lo central con claridad?”

4. Escribe con determinación

Todos saben lo atemorizante que puede ser una página en blanco. Uno hace mil rodeos, levanta la hoja, la deja, se prepara una taza de café, decide hacer otra cosa primero… Anota esa primer oración cuanto antes puedas. El resto saldrá con mayor facilidad. Si estás escribiendo un libro tendrá que repetir el proceso muchas veces. Un artículo corto puede ser escrito de una vez. Y si tu trabajo no es aceptado con el primer intento, acepta las críticas que recibas e intenta de nuevo. Los comentarios de editores, amigos y familia (especialmente de la familia) pueden causar dolor, pero debes escucharlos y sopesarlos, aun cuando no los aceptes al final. Sobre todo no dejes que de desanimen; sigue adelante.

Se dice que a Madeleine L’Engle, ganadora del Premio Newbery de literatura para niños, le rechazaron uno de sus manuscritos treinta y ocho, sí, ¡treinta y ocho, editores! Escribe con determinación; cuando tienes ganas y cuando no las tengas.

5. Escribe con ilustración

La palabra implica dejar entrar la luz. Generalmente no puedes acompañar tu escrito con una ilustración, pero sí puedes usar ilustraciones en palabras. Lee una página de la Biblia, aun una de las cartas de Pablo, y anota cuántas ilustraciones literarias hay. Mira una oración pulcramente correcta en una novela y prueba expresarla mejor.

“De repente se dio cuenta que el carro que se acercaba no iba a cambiar de dirección así que se hizo a un lado para no ser atropellado”. Por qué no: “El carro se acercaba rápidamente. La verdad le golpeó: ¡venía directo hacia él! Saltó como una gacela para evitar la muerte.”

La atmósfera de la cacería y la acción dinámica del hombre amenazado agrega una nueva dimensión. No debemos exagerar el uso de este recurso. Si todo se expresara como el párrafo anterior terminaría agotando al lector. Asegúrate también de que tus metáforas encajen. Con esas precauciones, las ilustraciones literarias despertarán la imaginación y apelarán a los corazones además de la mente de tus lectores.

6. Escribe animando al lector a seguir adelante

Si estás escribiendo un cuento, termina los capítulos o secciones en momentos trascendentes de tal modo que el lector quiera dar vuelta la página para ver qué pasa después. Las telenovelas usan esta técnica ad nauseam. Si estás escribiendo una monografía o un libro de tema serio es aun más importante mantener la atención del lector. Termina cada sección con una pregunta para la cual el lector querrá una respuesta, o un dilema que se explicará en la página siguiente.

7. Escribe con corrección

Este punto no es muy popular hoy en día, pero las palabras pierden poder si se las usa incorrectamente, con faltas ortográficas y puntuación descuidada. Es difícil disfrutar de una refrescante bebida si uno se ve forzado a rescatar a las moscas que en ella han caído. Así es difícil sentir el impacto total de un escrito si está confuso, desprolijo o lleno de errores.

8. Escribe con economía

En general, usa capítulos cortos, párrafos cortos, oraciones cortas y palabras cortas. El arte de escribir bien demanda que varíes el ritmo, usando oraciones cortas y punzantes para presentar puntos claros y fuertes o para sugerir acción rápida y decisiva, y oraciones más largas que fluyan para descripciones e información de trasfondo. Sé selectivo. Pero si debes errar, hazlo por demasiado corto. Nunca permitas que un solo párrafo ocupe una página entera, y no uses diez palabras débiles cuando una fuerte hubiera comunicado mejor.

9. Escribe con energía

Evita los sustantivos abstractos y los verbos pasivos. Es mejor decir: “No debemos intervenir” que algo que podría sonar grandilocuente, pero resulta tedioso y pomposo, como : “La intervención está contraindicada”. No uses demasiados adjetivos seguidos. Usa cuantos verbos puedas para enfatizar sentimientos, acciones y energía.

Uno podría escribir: “su cara parecía honesta y amistosa y sus ojos eran azules y vivarachos”. Pero sería mejor decir: “su cara abierta daba la bienvenida a todo amigo y sus ojos azules chispeaban vida”.

10. Escribe con sutileza

Escribe con claridad, pero no delates todo desde el comienzo. Deja entrever pistas de lo que vendrá pero guárdate el punto principal hasta que el lector reviente de ganas de leerlo. No hagas que todo sea demasiado obvio desde el comienzo si quieres que el lector siga intrigado. Pero tampoco lo confundas tanto que se de por vencido. Permite que el lector trabaje. Anímale a pensar. Intenta comprometer su participación activa en lo que escribes.

TRES REGLAS DE ORO PARA ESCRITORES

Lee vorazmente

Los clásicos, la Biblia, el periódico, revistas, libros de texto, novelas. Si no lees, nunca podrás escribir.

Piensa visualmente

Visualiza a gente, lugares, cosas, eventos y aprende a transferir tus “visiones” al papel.

Escribe como hablas

Lee en voz alta lo que escribes. Si suena pomposo, rígido, o ajeno a ti, recorre tu escrito con un lápiz rojo hasta que suene natural y amistoso. Como eres tú.

El autor, Derek Wood, es editor de Inter Varsity Press, Reino Unido, y autor de una serie de crónicas de ficción acerca de la vida de una iglesia local: The Barnabas Factor, The Simon Peter file y The Jacob Portfolio, todos de IVP.

Una respuesta a “Escribe mejor

  1. Mayra Cecilia Solis Jimenez

    Excelente!! las tres reglas de oro, sobretodo para mí el último «Escribe como hablas», eso le da vida al artículo, tiene que ser natural que exprese realmente lo que sentimos, lo que queremos contar a través de las palabras escritas.
    Muchas bendiciones y paz

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