Enero, trazando la ruta

Escritor que se respeta… planifica. Ya enero va encaminado y es probable que gran cantidad de ustedes haya trazado líneas en cuanto a lo que desean lograr este 2024. La información al respecto es enorme, manuales van y consejos vienen. Si hay tanto recurso circulando, se preguntarán por qué me he animado a escribir esta entrada. La respuesta es sencilla y directa: porque planificar es vital para cumplir objetivos. ¿El camino? Hay tantas respuestas como personas; considero que cada uno de nosotros está llamado a diseñar su propio sistema.

Las posibilidades son infinitas y si se le toman el gusto a planificar, como es mi caso, la tarea puede ser muy disfrutable. Aquí les comparto mi experiencia, con el ánimo de que sume a la de ustedes y nos permita a todos celebrar en diciembre 2024 el alcance de nuestras metas. Seguidamente numero:

  1. ¿Por qué vale la pena este esfuerzo?

Mi jefe dice una algo sobre la planificación que me gusta mucha recordar.  Ella opina que los planes no están escritos en piedra, que son herramientas que se adaptan en función de las necesidades, pero que cuando se carece del todo de un plan no hay manera de enfrentar los imprevistos del camino.

Y de cosecha mía, agregaría yo que planificar nos ayuda a sacar el máximo provecho de los recursos que tenemos (tiempo, habilidades, proyectos entre manos). Y esa afirmación vale doble puntaje en América Latina donde la disciplina sigue siendo un desafío cultural.

2. Preguntas valiosas antes de sentarnos a planificar

En mi experiencia personal escribir es una tarea totalmente llenadora y de plenitud. Sin embargo, a la vez que requiere un gran esfuerzo y no hablemos de la cantidad de tiempo que requiere. Así que me ha sido muy útil y pertinente detenerme a reflexionar sobre asuntos como estos (ustedes tendrán sus propios disparadores de reflexión):

  1. ¿Por qué hago esto? ¿Qué me mueve a escribir?
  2. ¿Qué lugar ocupo yo, con este llamado, dentro del cuerpo del Señor?
  3. ¿Qué identidad quiero desarrollar como escritora?
  4. ¿A dónde quiero llegar en este camino?

Llama la atención como estas respuestas pueden cambiar a lo largo de los años. Hace pocos días  leí un posteo que me impulsaba a responder esta pregunta: “¿Dónde me veo dentro de 10 años?”. A mí misma me hizo gracia la respuesta de la Maureen de hoy, en contraste con la de hace años. Los años no pasan en vano, ji ji.

Como complemento a este punto, les recomiendo esta entrevista en la que don Germán Retana (motivador experto) habla del concepto del “ponerle apellido al año”. Me gustó tanto que la escuché dos veces y en la segunda hasta tomé apuntes. Podrán imaginar que ya mi 2024 tiene un apellido.

El enorme placer de escribir a mano, a la vieja usanza. Yo siempre ando un cuaderno en mi bolso

3. Estrategias y herramientas que a mí me han servido

Mi recorrido da para un relato de comedia. Mis inicios fueron ambiciosos; ya saben, quería  cambiar el mundo. Luego surgieron planes anuales (estrambóticos, rimbombantes, hipermega ambiciosos). Más adelante caí en cuenta de que lo que planeaba en enero podría carecer de toda vigencia en agosto, por ejemplo. Y fueron pasando los años y con la experiencia aprendí a enfocar y a planear mensualmente. Las listas, eso sí, han sido siempre un denominador común en esta búsqueda mía por construir mi camino.  Algunas son digitales como lecturas pendientes en Pocket o en los elementos guardados de Facebook, y otras nacen, crecen y se desarrollan en el cuaderno que siempre, sí o sí, llevo conmigo en el bolso.

Después de tanta prueba y error, el año pasado llegué a una estrategia que ha sido, en mi caso, la más efectiva de todo lo que he intentado. Tengo una agenda específica como escritora, en papel, a la vieja usanza (asunto personalísimo de gusto). En ella planifico el trabajo general del mes y, sobre todo (esto ha sido revolucionario en mi proceso) hago una planeación por semana. Esa agenda es todo un disfrute creativo para mí: pego notas con frases relevantes sobre el proceso de escritora, anoto libros que me gustaría leeer, uso marcadores de colores, anoto lo que voy a hacer para consentirme en este recorrido creativo, etc, etc. El año pasado me resultó tan efectivo este sistema que decidí repetirlo este 2024.

4. Consejos, no podía faltar una lista de consejos

Dejo para el final algunas de las recomendaciones más inesperadas, poco convencionales ( y también útiles y pertinentes) que he encontrado para que los escritores podamos llevar nuestro trabajo a buen puerto.

Podemos escoger la opción que más nos guste; lo importante movernos. Requerimos equilibrar el tiempo que pasamos sentados.
  1. Haga ejercicio. Esto se lo leí a Aruki Murakami en “De qué hablo cuando hablo de escribir”. No es asunto de inspiración, la razón es bien práctica: quienes escribimos pasamos mucho tiempo sentados y necesitamos proteger el cuerpo.
  2. Separe tiempo para consentirse. Escribir puede ser un trabajo muy rudo y si ponemos toda nuestra energía en esa canasta podemos fundirnos y poner en riesgo, incluso, nuestra salud mental. La última escritora que me lo recordó fue Ave Barrera, en una de las sesiones del Diplomado en Escritura Creativa que estoy cursando con la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam).
  3. Desconecte las redes mientras trabaja, apague las notificaciones. Además, ¡qué desafío tan grande es para mí soltar el teléfono! En esta materia tengo grandes áreas de mejora. Hermana de esta recomendación es el uso de la técnica del Pomodoro; no soy experta, pero me ha servido cuando la he usado.
  4. Modere las expectativas, deje espacio para pasar tiempo con la gente que ama, cultivar hobbies, echarle agua a las plantas. En fin… hay que vivir.  
  5. Y lo más valioso para el final. Para los escritores, como para los demás discípulos, el consejo de oro: estamos llamados a hacer del Señor el centro de nuestras vidas. Esto pone todo en la perspectiva correcta. Bien lo dijo ya el Señor Jesús cuando nos instruyó a buscar primero el Reino de Dios y su justicia, y, así lo dijo el Maestro, todo lo demás (nuestros textos, cómics, artículos, poemarios, sitios web, cuentos, novelas y blogs), vendrá por añadidura.
Dejar tiempo periódico para consentirse, uno de los consejos más valiosos que he encontrado en mi recorrido. En mi caso, visitar cafeterías sola o acompañada es un verdadero placer

Espero que no sea muy tarde para desear ¡Feliz año nuevo! Que escribamos mucho este 2024, palabras que construyan, inspiradas por el Espíritu Santo, que sean un vehículo del amor de Dios. Que trabajemos duro y también disfrutemos un montón.

Maureen R. Herrera Brenes

calinguero@gmail.com

http://unanotadeesperanza.blogspot.com/

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