por Maureen R. Herrera Brenes (calinguero@gmail.com)
Crecí en una casa en la que no pasé necesidades; pero tampoco sobraba el dinero. Se podrán imaginar que los libros entraban en la categoría de artículos de lujo. Sin embargo mi papá, gran lector, se las ingeniaba para que llegaran algunos al estante de la sala. Así fue como marcó mi vida “Viento del Este”.
Fue mi libro de adolescencia; siempre lo citaba. Es la historia de una mujer cristiana, alemana, llamada María Zeitner Linke, quien sobrevivió varios años atrapada en campos de concentración después dela II Guerra Mundial, aferrada a su fe. Me recuerdo a mí misma de muchacha diciendo: “como le pasó a María…”. Para mí fue muy inspiradora la historia de esta mujer, quien aún en las situaciones más traumatizantes fue capaz de recordar algún pasaje de la Palabra que confortara su corazón y la ayudara a no perder la esperanza.
Tengo memoria visual, así que en mi mente está grabado el subtítulo del texto “La increíble historia de María Zeitner Linke narrada por Ruth Hunt”. De hecho la misma señora Hunt cuenta en el epílogo, fechado en 1974, cómo conoció a María. Así que el nombre de ella se volvió para mí tan real como el de la heroína.
El nombre de Ruth Hunt volvió llegar a mis oídos, en la era de internet y Facebook, mediante un enlace de noviembre de 2013 que menciona pensamientos sobre ella (no me queda claro con qué razón, solo logré averiguar que su esposo había fallecido en abril de ese año). El punto es que fue para mí muy emocionante reencontrarme con este nombre y conocer algo más sobre esta editora y escritora, que había tocado mi corazón adolescente.
Me encantó este párrafo del texto que encontré: “Ruth fue una escritora de mucho talento por derecho propio, y ese talento contribuyó a su habilidad para ayudar a Dave a editar y pulir muchos de sus libros. Dave siempre decía: «Ruth es mi primera editora». Ella también fue una colaboradora generosa para con mujeres de todas partes e hizo amistades duraderas dondequiera que sus viajes la llevaron”.
Cuando visito una librería, con desazón y escepticismo a veces me pregunto cómo lograr llegar a alguien en medio de un mercado tan saturado. ¿Cómo conseguir que mi voz resuene en medio de tantas otras? Entonces recuerdo mi experiencia con “Viento del este” y me entra la esperanza. ¿Cómo podría haber imaginado doña Ruth que su libro iba a impactar la vida de una jovencita en un pueblito rural costarricense? Un texto de calidad, honesto, siempre logrará destacar y tocar el corazón de alguien que conecta con esas palabras específicas, aunque compita con miles de portadas. Es casi un milagro, ¿no les parece?
¿Hay algún editor por ahí, leyendo esto? No se rinda ante la bodega. Saque sus textos y hágalos circular. Escritores, ¿están escuchando? No renunciemos a nuestro llamado, a pesar del reloj, de los temores, de los pronósticos adversos… Ustedes saben muy bien a qué me refiero. Debemos seguir; hay vidas esperando ser cambiadas por las palabras.
Pocos son los autores que realmente logran cambiar nuestras vidas, y cuando lo hacen, los podremos sacar de la mente ni del corazón, gracias por compartir esto. 😀
Hermoso Mau! Tocar vidas con lo que hacemos es el ideal de cualquier noble profesión.
Gracias, Lightorion. Así es. Son escritores que se quedan en nuestro corazón. Bendiciones,
¡Me alegra que te gustara, Yunita! Definitivamente vos también tocás vidas =)