Más allá de los sueños

por Maureen Herrera  

“A mí me gustaría…”, “yo sueño con…”, “cuando me retire…”. Todas son frases emitidas frecuentemente –con sinceridad, sin duda alguna- por la gente interesada en escribir. El problema es que el deseo no basta, hay que dar el paso siguiente… ¡sentarse a escribir!

Cuando el interesado decide ponerle nombre, apellido y plazo al sueño, llega el tema recurrente: “¿en qué momento saco el tiempo?” Supongo que no soy la excepción. Sin embargo, recientemente tuve una experiencia que me puso de frente con este tema, y exitosamente, además. Por esa razón, quisiera compartirla con ustedes, ya  que imagino que somos de los mismos: esa pandilla de persistentes, testarudos, que exprimimos cada día el reloj para escurrir hasta el último minuto con el fin de poder escribir. 

Resulta ser que en agosto de 2011 empecé a cursar una maestría a distancia, totalmente en línea. Se podrán imaginar que estudiar de esta forma  requiere de un sistema de organización efectivo, gran disciplina en el manejo del tiempo y enfoque en los objetivos. Se parece al tipo de situaciones que enfrentamos cuando queremos escribir, ¿no les parece?

Yo tenía mis dudas acerca de cómo afrontar este desafío, tomando en cuenta que soy esposa, mamá, trabajo tiempo completo, hago ejercicio cuatro días por semana,  necesito un tiempo de descanso cada domingo y aspiro a cultivar una relación personal con el Señor Jesús. (Esta es mi rutina, sustituya este párrafo por la suya propia).

Así que empecé mi curso. Tenía listo mi cuaderno con portada de mariposas, había descargado las primeras lecturas y estaba preparada para sentarme a “e-dialogar” con autores y compañeros. Sin embargo, ¡sorpresa! Mi primera tarea fue elaborar un cronograma con mi rutina semanal, en el que lograra introducir las 12 horas que me debía dedicarle al curso. Fue un ejercicio útil y sorprendente. La historia terminó bien, aprendí muchísimo e incluso obtuve una buena calificación.

Les cuento esta experiencia para animarles a ubicar sus tiempos de escritura en sus propios cronogramas. Yo misma estoy trabajando en esto. Y si tienen la tentación de victimizarse y pensar que la situación de ustedes es especial, déjenme decirles algo más: ¡no estamos solos en este mundo! Lean textos de otros escritores y se darán cuenta de que el tema del tiempo y la dedicación es una constante. ¡No desistan! Yo, por ejemplo, escribo en cafeterías, entre fiestas infantiles, de madrugada… y cargo en el bolso la  libretita de rigor  para que no se me escapen las ideas.

Para cerrar les dejo esta cita que, muy a tono con estos tiempos cibernéticos,  me llegó por  Facebook: “Las grandes mentes tienen objetivos; las demás, deseos».

7 Respuestas a “Más allá de los sueños

  1. Que bueno, me sentí identificada; te felicito y ¡Adelante!!!!..Dios te bendiga
    Cristina Fasanelli

  2. Maureen Herrera

    ¡Me alegra mucho, Cristina! Adelante vos también. Bendiciones,

  3. Me siento también parte de esa pandilla, gracias.

  4. ¡Qué bien, Cecilia! Qué siga creciendo la pandilla… Bendiciones.

  5. Me llamó la atención la foto de esa hermosa biblioteca! Y leí el artículo. Excelente y motivador. Necesitamos cada semana un empujón con ese para manejar mejor nuestra agenda, nuestro tiempo, nuestras prioridades. Gracias.

  6. Me parece que tienes un espíritu inquieto y creativo, valoras el tiempo, amas lo que haces y estás dispuesta a actuar de acuerdo con tus deseos, es valorable y digno de alabanza, ma parece que tu objetivo es claro y realizable. Tienes ánimo de sobra.
    Sigue Adelante…

  7. Gracias Marta y Pablo. Es emocionante la forma en que la tecnología nos une en este propósito hermoso de ser escritores cristianos. Buenos deseos para ustedes también.

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