La lluvia de ideas invertida ayuda a resolver problemas con una combinación de técnicas de lluvia de ideas y psicología inversa. Al mezclarlas, puede extenderse el uso de la lluvia de ideas para obtener ideas aún más creativas.
Para usar esta técnica uno comienza con dos preguntas inversas. En vez de preguntar: «¿Cómo resuelvo o prevengo este problema?», pregunta: «¿Cómo puedo causar el problema?» En lugar de preguntar: «¿Cómo obtengo resultados?», pregunta: «¿Cómo puedo lograr el efecto opuesto a lo que deseo?»
Para usar esta herramienta
- Identifique claramente el problema o reto, y escríbalo.
- Invierta el problema o reto preguntando:
- «¿Cómo puedo provocar el problema?»
- «¿Cómo puedo lograr el efecto opuesto a lo que deseo?»
- Haga una lluvia de ideas sobre el problema inverso para generar ideas invertidas. Deje que las ideas fluyan con libertad. No rechace nada en esta etapa.
- Una vez que tenga todas las ideas sobre el problema inverso, inviértalas hacia ideas que ofrezcan una solución al problema o reto original.
- Evalúe las ideas obtenidas: ¿Puede ver alguna respuesta potencial? ¿Puede ver los atributos de una respuesta potencial?
Sugerencia de uso: la lluvia de ideas invertida es una buena técnica cuando es difícil identificar directamente las soluciones a un problema.
Aplicar la lluvia de ideas invertida a un escenario de publicaciones podría parecerse a este estudio de caso ficticio:
Juan, José y María, representantes de las principales casas editoriales de su país, se reunieron para comer e intercambiar ideas, compartir cargas y orar el uno por el otro.
Después de que sirvieron el café, María mencionó el problema que más les preocupaba a los tres: «A todos nos gustaría publicar más cosas relacionadas con las necesidades de nuestro país, las ilusiones de nuestro pueblo, sus preguntas y sus alegrías, pero ¿dónde están los escritores que puedan abordar estos temas?» José y Juan fruncieron el ceño en silencio y observaron sus tazas.
«Intentemos algo nuevo e invirtamos el problema», dijo María. «¿Qué tal si pensamos en qué hacer para desanimar a escritores locales?»
Así los tres empezaron a hacer una lista:
- Decirle a los líderes de las iglesias que se limiten a dar sermones y dejen el escribir para los profesionales.
- Confiar solamente en las traducciones de los best sellers norteamericanos.
- No organizar concursos literarios locales.
- Gastar los fondos en nuevas traducciones, en vez de arriesgarse con nuevos autores.
- No ofrecer pautas claras para los que desean enviar un manuscrito.
- Orar para que Dios apague la creatividad de autores locales para presentar el evangelio.
- Aceptar buenos manuscritos de autores locales, pero nunca pagarles regalías ni ofrecerles contratos.
- No animar a las personas a leer más.
Después de quince minutos, los tres se felicitaron por la lista. «Si fuera tan fácil animar a los autores, como es desanimarlos», gruñó José.
«¡Lo es!», dijo María. «Miren, tenemos una lista completa de cómo animar a escritores; solamente debemos invertir esas ideas hacia una acción positiva».
«Tienes razón, María», dijo José. «Empecemos dando prioridad a cómo podemos colaborar entre las tres editoriales en algunos proyectos, como concursos literarios y el desarrollo de un programa de lectura para pastores locales».
«Sí, y apuesto a que todos sabemos cómo aplicar esas ideas a nuestras propias casas editoriales», añadió Juan. «Yo sé que, entre otras cosas, he fallado al no proveer pautas de publicación para los escritores».
Este artículo, excepto el estudio de caso, fue extraído y usado con permiso de Mind Tools Newsletter 41, publicado por James Manktelow y Kellie Fowler de MindTools.com. Lea el boletín en inglés en http://www.mindtools.com.
Muy bueno. Muy práctico. Pienso en tantas veces que pensamos en escribir sobre algún problema pero no tenemos idea de cómo abordarlo. Me parece muy interesante esta propuesta. Muchas gracias