por Alejandro Pimentel
A propósito de esta expresión, que proviene del inglés The sky is falling!, he querido compartir algunas digresiones en torno al provecho que podemos ganar de la lectura en otros idiomas o de la lectura proveniente de las traducciones al castellano. He recibido con gran alegría la invitación de mi gran amigo Ian, porque me permite tomar un breve descanso de mis labores de editor y aplicarme una profilaxis mental contra el rigor de la literatura académica.
La aventura de escribir, valga la redundancia con el título de este blog, es un viaje hacia una tierra por conocer, a un mundo lejano. Es un evento futuro tal como se nos dice a partir de este participio futuro latino: «algo que está por suceder». Pero, basta de cuestiones técnicas y hablemos un poco de todo como los locos. Al fin y al cabo, una de las tareas permanentes de todo buen escritor es andar a la caza de inspiraciones literarias, de tramas prestadas de otras historias, de vivencias y anécdotas, en especial, de ideas que vuelan por el viento. Ojo que no me mal interpreten, no digo que lo que se pretende escribir tenga que ser un «puchero» de divagaciones, éstas son solamente la materia prima. No abordaré el tema de las técnicas de escritura y de la necesidad vital de mantener el hilo del discurso o novela o cuento, porque de ello ya hay mucho disponible.
En lo personal, yo disfruto mucho de las historias para niños (y de sus ilustraciones). Me parece que en la sencillez de la comunicación, hablada, escrita y visual, se esconde una especie de materia primigenia, una plastilina cósmica del mundo de las ideas. Deja amplio lugar a la imaginación; no trata de llenar los vacíos de nuestra mente con datos abrumadores; permite que el lector o el oyente ingrese fácilmente a la narración y hasta incluso participe en ella en los recovecos de su propia mente, alejado de toda timidez, vergüenza y censura externa. En la Palabra de Dios encontramos muchas referencias a esta función literaria. Una de las más conocidas es quizás la que se encuentra en Hebreos 4:12 en donde vemos que, por medio de la Palabra escrita, el Espíritu de Dios nos habla a lo más profundo de nuestro ser; ingresa a los recovecos de nuestra mente. La función de este pasaje bíblico puede ser positiva y negativa; puede consolarnos y confrontarnos; nos susurra al corazón y nos enseña, nos redarguye, nos corrige y nos muestra lo que es correcto y lo incorrecto, lo justo y lo injusto para que estemos plenamente conscientes de ello y tomemos las decisiones morales correctas (2 Timoteo 3:16).
Una de las historias para niños que ha cautivado mi interés en años recientes es la que fuera llevada al cine en distintas épocas y en varias versiones. Me refiero a la historia de la película taquillera Chicken Little (2005). Es una fábula estupenda. ¡Cuánto quisiera que esta clase de literatura se viera más en círculos evangélicos para compensar un poco la obsesión reciente por la ficción histórica! Pues, resulta que Chicken Little o Henny Penny en el mundo anglosajón ofrece una historia donde los personajes no solo tienen nombres y apellidos consonantes, sino que reaccionan de manera muy predecible frente al grito de «¡huyamos, que se cae el cielo!» Cada personaje encarna a cada uno de nosotros, son arquetipos de la raza humana, no hay forma de evitar identificarnos con alguno de ellos. Tenemos a Foxy Loxy, que en la versión original era el malvado de la película; Turkey Lurkey es en la película el alcalde de la ciudad, personaje a quien se le pasea el alma; y entre muchos otros, uno de mis favoritos, que no aparece en las versiones anteriores, es el puerquito o chanchito o cochinito o cerdito o marranito o como quiera regionalmente llamársele. Es un tipo macanudo, bien majo, chévere, estupendo, que pone la nota de humor ingenuo.
Hay algo de parecido entre esta fábula y la serie Dejados atrás. Debo reconocer que los autores de esta serie han sabido explotar muy bien el fenómeno sociológico que produce la expresión «¡Huyamos, que se cae el cielo!» Su creatividad es fenomenal y su manejo de las teorías de la conspiración es igual de eficiente. Es una lástima que no hayan podido incluir de alguna manera u otra a mi personaje favorito: el chanchito. Esta serie tiene un valor literario realmente muy bueno, que ilustra la creatividad y fantasía de sus autores, y que maneja muy bien las fobias y temores innatos del ser humano, especialmente el de los creyentes. Ahora, si se espera encontrar en esta serie ecos de la realidad bíblica en lo que se refiere a la historia de la redención y el propósito de Dios para la humanidad, no perdamos el tiempo porque no la encontraremos allí. Es más bien, una novela de ficción, un mundo artificial, creado a partir de conjeturas y una buena dosis de imaginación.
Este tema merecer ser tratado con mayor detenimiento. Lo importante es reconocer que para crear mundos de ficción, hay que viajar a otros mundos de ficción. Y no importa si lo tenemos que hacer gracias a los auspicios de una traducción. Dicho sea de paso, ¿sabían que la gran mayoría de cuentos para niños en los idiomas occidentales son traducciones que provienen de las recopilaciones que hicieran en alemán los hermanos Grimm en el siglo 19?
En fin, deseo concluir ofreciendo una traducción de la famosa canción «Henny Penny Blues» del guitarrista de Blues, Lightin’ Hopkins, que escribiera en la década de 1940 inspirado por la fábula de Henny Penny o Chicken Little:
Como Henny Penny hay muchos en el mundo,
Que cuando las noticias oyen, entran en pánico rotundo.
Creen que todos moriremos porque se cae el cielo,
Digo yo que de Henny Penny Blues sufren el flagelo.
Alejandro, hay un punto que no incluiste, y creo que tiene gran valor. Leí el libro de Chicken Little cuando era niña, y recuerdo que se le había caído algo en la cabeza de Chicken Little, quizás una manzana de un árbol o algo parecido, y él se asustó tanto que exageró la situación diciendo que el cielo se estaba cayendo. Pienso que uno de los problemas de hoy es que exageramos los problemas. Debemos ser realistas, recordando que ningún problema es imposible para Dios.
¡Bienvenido al blog don Alejandro! a mí también me encantan los libros para niños y nadie me ha explicado aún por qué los libros para adultos no tienen ilustraciones. No me lo va ha creer, pero no he visto «Chicken Little», sin embargo, quedé motivada para alquilarla.
Hay tantas versiones de Chicken Little que nos hacen ver la creatividad literaria del folclore popular. Una de las versiones que tengo dice que corrió debajo de un rosal y una hoja cayó sobre su cola… y luego entró en un pavor terible. Es cierto que se exageran los problemas… ¿será una tendencia humana innata o algo de nuestros tiempos? Un filósofo griego solía decir que los hombres son «estómagos con patas» (o panzas caminantes). Entre los latinos es muy común usar las hipérboles y es muy divertido verlas en acción: «¡fui a la iglesia y encontré a todo el mundo allí!» (y seguramente que el edificio tiene capacidad como para 100 personas). Todo esto debe canalizarse hacia la creatividad literaria. Y sí, es cierto que ningún problema es imposible para Dios, y en su momento hay que decírselo a alguien que necesita consolación. Pero, la verdadera destreza literaria consiste en comunicar la misma idea de forma implícita en la narración… para permitir que Dios hable a cada corazón.
Bueno empezare, por decir que gracias por la oportunidad de poder compartir nuestras opiniones o puntos de vista dependiendo el tema claro, a mi en lo personal me encanta escribir. Sobre todo, temas que sean realacionados con la Biblia o mejor dicho basados en ella. pero en si las experiencias del diario vivir nos traen sun sin fin de enseñanaza a nuestra vida .Ya sea en la vida misma o port parte de otra persona, me encantan las anecdotas, porque traen reflexion. Como cuando Jesus les hablaba a sus apostoles en parabolas, es impresionante todo lo que puede dar la mente humana pero mucho mas cuando es guiada por Dios. Pues El nos revela misterios y cosas que no comprendemos para poder llevar una vida mucho mas feliz!!! Sinceramente Felicidades por este sitio y Dios los bendiga.
Muy buena reflexión.
Dejo 2 frases que vinieron a la mente mientras lo leía.
El principio de emergencia: Si mantienes la calma cuando todos pierden la cabeza, sin duda es que no has captado el problema.
Si el problema tiene solución, preocuparse no vale de nada y si el problema no tiene solución no vale de nada procuparse.
Hay que leer más cuentos infantiles!