¿Quién cuenta la historia?

“Busqué en la sección de África y solo encontré veinte libros. Ninguno escrito por un africano”.

Esta fue la impresión de Wambura al visitar una famosa librería en el área de Chicago. Conocí a Wambura en el año 2000 en Inglaterra. Diez años después nos reencontramos pues ambas formamos parte de la Junta Directiva de MAI.

Pero la queja de Wambura bien podría ser la de muchos escritores latinoamericanos. “¿Importa quién cuenta las historias?”, preguntó Wambura a un grupo de amigos que están involucrados en publicaciones. “¿Importa quién las cuenta, cuándo las cuentan y por qué las cuentan?”

¿Su conclusión? Los africanos deben participar en compartir sus propias historias. ¿Y qué de nosotros? ¿Quién cuenta la historia de nuestros países, llámese México o Argentina, Chile o Perú, Bolivia o Ecuador, Costa Rica o Paraguay?

Quizá por este motivo Wambura ha decidido formar parte del equipo de MAI, porque MAI busca capacitar escritores locales para contar “sus” historias. ¿Nuestro deseo? Que en Latinoamérica se abran puertas para que los expertos de MAI nos capaciten, nos equipen, nos motiven a escribir nuestras historias, y que la sección de Latinoamérica en cualquier librería del mundo, esté escrita por latinoamericanos.

2 Respuestas a “¿Quién cuenta la historia?

  1. Manuel Ignacio Serrano

    Muy acertado el artículo y el comentario-queja de Nambura. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que no todas las culturas del mundo abrazan la tradición escrita de la misma forma que lo hacen respecto a la tradición oral. La segunda está mucho más extendida sobre la faz de la tierra, e históricamente ha sido mucho más representativa del dejar constancia de unos hechos. El que esos hechos se hayan presentado de una forma oral, y por tanto, sujeta a mayores alteraciones por parte de los transmisores, es una de las razones por la que ciertas culturas decidieron decantarse por escribir su historia en vez de simplemente recitarla. Lo uno no quita lo otro. Lo que también está claro es que la historia misma nos prueba que ciertas culturas salieron de su entorno, sobre todo, merced a la navegación y recorrieron el mundo. Lógicamente esas culturas quisieron dejar constancia y por tanto tenían más motivos para escribir historia e historias. Lo pasado pasado está y el futuro no tiene por qué repetir el pasado (esto por cierto fue uno de los motivos por los que se escribió la historia), pero el presente no puede ignorar que hubo un pasado y ese pasado-presente lo reflejan su historia, sus historias, la abundancia, escasez o en algunos casos, práctica carencia de las mismas.

  2. Karen Rosales de Aguilar

    Me alegra saber que habemos muchos tanto en Latinoamerica como en Africa que reconocemos que Dios ha puesto talentos en nosotros y que somos tan capaces como en otros países. Alguien me dijo en cierta ocasión que el hambre no escribe, haciendo referencia a la pobreza de nuestro pais Honduras, donde hay tanta pobreza que no nos queda tiempo para pensar, sin embargo creo que somos el pueblo de Dios, y nuestro Dios es el mismo que está en Estados Unidos o en Suiza, el nos ha dado la mente de Cristo y con perseverancia, deseo de aprender, disciplina y amor por el arte de escribir y por los lectores podemos escribir y hacerlo bien y con excelencia para gloria de Dios.

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